LA LAVANDERA
Es invierno y las aguas bajan heladas, pero la lavandera sumerje en ellas las manos, mientras frota y golpea la ropa con encomiable espíritu de sacrificio. A pesar de las malas condiciones, pone su esfuerzo y entusisamo en su labor, y a veces casi puede oírse cómo canta mientras lava.
A menudo abandonamos apenas las condiciones se nos ponen un poco difíciles. Sería hermoso ser como la lavandera: cantar con alegría mientras seguimos adelante a pesar de las dificultades.
Podemos superar todo si nos alegramos en Ti.
¡Ven, Señor Jesús!
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